
Cosas pequeñas. Tan pequeñas que ni siquiera tienen la categoría de ¿y donde las pongo?
Suelen esconderse en las fracciones de segundos o en cálculos matemáticos.
Las que están en los cálculos, se me escapan. La matemática es para mi una mujer pretenciosa con la que nunca me llevé bien.
He descubierto algo : esas fracciones de segundos son un sonido eterno, penetrante, que se percibe mejor cuando cierro los ojos y dejo que todo mi cuerpo se hinche.
Son los ratos en que respiro al tiempo.
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