Nada podía hacer con el paisaje. El día había dispuesto que
lloraría conmigo.
La tristeza se arrastraba intentando entrar por mis
ventanas. Quedaba dejarla pasar. Solo así podría matarla.
Asesinar conscientemente los recuerdos y lo que no fue para
no caer en el suicidio.
Día de ritual: entierro memorias del pasado y del futuro
bajo el peral para que caigan como lágrimas de rocío. MALKOA
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