Me duermo
loca. Con una locura que no pretendo que entiendas.
Descanso en
la Trama, vislumbrando al Uno.
Suena a la
distancia la herrumbre de los pensamientos que han explotado luego de mi
Hiroshima.
Dejo que mis
decrepitudes se tallen en la cabeza de alfileres de modistas y sastres de
dioses para que nunca vuelvan.
Me amodorro
en el espacio que queda libre entre las hebras de una parva de heno.
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